Si encendemos la televisión y ponemos un canal cualquiera que
esté en un intervalo publicitario, en los anuncios que se estén emitiendo
aparecerán caras más que conocidas.
Si piensas en la marca de coches KIA, o en los seguros Mapfre
automáticamente los asocias a Rafael Nadal. Si por ejemplo piensas en Emilio
Tucci, lo asocias con Xabi Alonso, al igual que si piensas en Eduardo Punset y
el pan de molde.
Todas estas intromisiones de famosos en anuncios televisivos
no es más que una estrategia de marca con la que el anunciante consigue un
mayor recuerdo del producto por parte del cliente.
Además, la moda que tanto mueve a las personas ayuda a la
decisión. Por muy raro que parezca, entre dos productos con una calidad
parecida, si el producto de menor calidad es anunciado por un famoso, sus
ventas crecerán respecto a la competencia.
¿Es por tanto una inversión contratar a famosos para que
realicen los anuncios?, indudablemente sí.
Las caras conocidas nos dan muestra de seguridad o de
garantía. Marcas como H&S o Gillete
de P&G no dudan en usar este elemento a su favor. Los departamentos de
marketing deciden gastarse elevadas cifras de dinero en contratar a famosos, a
ser posible que atraigan a la juventud o que se asocien con un estilo de vida sana o con el deporte, con el fin de que
el consumidor asocie la admiración que siente por el personaje con la
consumición de un determinado producto, y así conseguir que sus beneficios
aumenten tras la campaña, y verdaderamente lo consiguen, llegando a aumentar
sus ingresos en un 25%.
Sin embargo, las empresas no son las únicas que se benefician
de esta iniciativa, los famosos, ven en las campañas publicitarias una forma
fácil de darse más a conocer y aumentar sus ingresos. Por poner un ejemplo del
doble beneficio (empresa/famoso) podemos fijarnos en Cristiano Ronaldo, que
publicita varias marcas como Time Force o Armani alcanzando unos ingresos tan
solo en concepto de publicidad de aproximadamente 14 millones de euros.
Por tanto, dicha publicidad es beneficiosa para las grandes
cadenas o marcas que, gracias a su poder de mercado pueden “invertir” en
publicidad cifras escandalosamente altas, pero, ¿se han replanteado la creación
de campañas publicitarias basadas en la reducción de costes que puedan llegar a
tener el mismo éxito?
A modo de ejemplo y desde mi punto de vista, campañas de
marketing como la que realizó Volkswagen, en donde se veía a un niño disfrazado
de un personaje de la película Star Wars, llaman mucho más la atención que
otras como por ejemplo las de KIA con Rafa Nadal, ¿hemos llegado así a un punto
donde el famoso ha sustituido el ingenio?
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